La carne de pollo es una carne blanca, con muy poca grasa, alto contenido en proteínas y muy indicada para un alimentación saludable, hay quién opina que es insípida, pero mi opinión es que, bien guisada y aderezada puede convertirse en un plato exquisito y en ocasiones digna de una mesa de fiesta.
Esto ha ocurrido con esta sencilla receta que hoy comparto con mis lectores, el toque de las almendras le da un sabor a la carne y sobre todo a la salsa, incomparable.
En esta ocasión lo he preparado con muslos de pollo, pero se puede hacer con cualquier parte del mismo, aunque los muslos y sobremuslos son la parte más jugosa.
Ingredientes:
- Muslos de pollo
- 3 ó 4 dientes de ajo
- 1/2 cebolla
- 50 grs. de almendras crudas
- 30 grs. de aceite de oliva virgen extra (para el guiso)
- 50 grs. de aceite de oliva virgen extra( para freir la cebolla y las almendras)
- 1 copa de vino blanco DO Montilla-Moriles
- sal
- azafrán en hebra DO LaMancha
Preparación:
Ponemos el aceite para freir en una sartén y freímos las almendras.
Las sacamos, escurrimos sobre un papel de cocina y reservamos.
A continuación freímos la cebolla cortada en juliana.
Hasta que empiece a dorarse.
Sacamos y la ponemos en el vaso de la batidora junto con parte de las almendras, dejaremos algunas enteras para adornar, le añadimos el vino y lo trituramos todo junto.
Ponemos el aceite (en este caso he utilizado de la marca CANOLIVA, del primer día de campaña) en una cacerola al fuego y sellamos el pollo, al que previamente le hemos puesto algo de sal, picamos los ajos y se los añadimos.
Vertemos la mezcla sobre el pollo, y unas hebras de azafrán.
Cuando se evapore el vino, lo cubrimos de agua y lo dejamos que hierva hasta que esté tierno y se quede en la salsa.
Habrá que rectificar de sal, también le añadimos las almendras fritas que hemos reservado enteras.
Y aquí tenemos ese resultado final que os puedo asegurar que está para chuparse los dedos.